UNA TRISTE ESPERIENCIA
Últimamente, debido a que padecía una especie de enfermedad, relacionada con la hiperactividad que es mi modo de ser, y que me producía insomnio, me ingresaron en un hospital para someterme a un tratamiento a base de pastillas e inyecciones. Allí conocí que es la disciplina, pues con motivo de una simple reclamación me ataron pies y manos un día entero.
Un día estando durmiendo la siesta, con la boca abierta, cuando me despierto me faltaba la dentadura de abajo, y fue inútil que solicitara que me dejaran salir para hacerme una nueva, así que estuve casi un mes con tanta dificultad para comer que perdí unos 15 kilos.
Solo me consolaba que había tres enfermeros que se portaban muy bien conmigo, y algún paciente con los que jugaba al ajedrez, al domino, a las cartas o al parchis.
Resultado que al final me dan de alta y hoy me encuentro recuperándome y esperando a que de nuevo escriba algún articulo, aunque seria reiterativo, la política sigue padeciendo de los mismos males y la solución económica no se vislumbra por ninguna parte.