domingo, 25 de diciembre de 2011

COMENTARIOS SOBRE PERSONAJES DE TEVERGA

Empiezo por el personaje más admirado (José el de Ines) del que ya comente algunas cosas, bueno pues estando en la carcel de Santoña, salen los presos al patio ty les dice el cura, persignaros, todos hacen la señal, menos Jose el de Ines, viendo esto el cura le pregunta ¿usted por que no se presigna? Y contesta Jose por que nun sey. Sigue el cura hablando a todos los presos, os pido por favor que no pidais a buestras esposas dinero para tabaco, porque las obligais a dar malos pasos. Vuelben todos los presos para la carcel y les dice Jose el de Ines: ya veis lo que os dixo el cura, nos lo dijo a todos y contesta Jose si pero la mia esta en Teverga y no la conquista este cura.


En una ocasión después de tomar unos vasos de vino de mas el San Salvador ( era carretero) lo meten en el carro y Jose dice a los bueyes Top Top, y estos que entendian su lenguaje arrancan para casa por un camino de barro estrecho y tortuoso unos 6 kilometros, llegan a junto a casa y hacen sonar insistentemente los cascabeles que llevaban al cuello, hasta que despierta Ines , que los suelta, los ceba y ayuda a Jose a meterse en la cama.
animales tienen un instinto y unos conocimientos asombrosos, un ejemplo es que comen solamente unos pocos escaramujos, porque más cantidad son toxicos, el escaramujo,(fruto del rosal silvestre) tiene cada uno de ellos mas vitamina C que un limon, con la particularidad de que no se destruye le vitamina con el calor. Es el mejor remedio contra el resfriado, yo cuando siento que aparece un resfriado, me tomo una tisana de escaramujos (solo 6 de ellos) y santo remedio, no hay Frenadol que lo iguale.


Volviendo a las vacas, yo tenia una yunta de dos, la Pinta y la Uca que cuando me veían con el yugo, aunque estuvieran a trescientos metros de distancia yo las llamaba, toma ven¡ y venían y se colocaban apareadas cada una en su sitio esperando la yunta. Bien pues cuando arrastraba con un rastro un valagar de yerba, al llegar a una cuesta, yo les decía muy bajo : ahora¡ y emprendían una carrerilla para remontar la cuesta.  

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